Sentí el llamado de Dios

16.11.2018

Hermana Luisana Bracho Romero 

Nací en caracas-Venezuela el día 6 de octubre del año 1986. Mis padres: Luis Alberto Bracho y Doris Beatriz Romero Romero. En total somos 13 hermanos.

Alabado y bendigo a Dios en todo momento por haber puesto sus ojos en mí. Cuando tenía 8 años vi a una religiosa y dije dentro de mí: quiero ser como ella, fui y le dije a una tía y me dijo: aún eres una niña y ni sabes que es lo que quieres en la vida, eso no es para ti, así que olvídese de eso. Fueron pasando los años, tuve novios, estudiaba y sin embargo siempre me sentía vacía por dentro, no era feliz en el mundo del cual me envolvía. Y así pasaron 8 años cuando un día por medio del camino neo-catecumenado al cual pertenecía, me ayudaron para ir al encuentro de jóvenes, y al finalizar el encuentro, invitaron a todas las jóvenes a levantarse y llegar al altar solo las que sentía el llamado de Dios. Cuando eso muchos me decían que yo no servía para ser religiosa, ect... pero en ese momento era un fuego que se encendía dentro de mí, una voz interior, levántate yo te amo, tu eres mía. Ese era Jesús. Decidí escucharle y obedecerle. A los pocos días nos reunieron en una casa de convivencia porque los catequistas nos tenían que escrutar y ellos decidían para donde enviarnos, y a ese lugar invitaron a varias monjas, entre ellas fueron las hermanas redentoristas. Cuando me escrutan a mí, me dicen que fuera a España a hacer mi experiencia allá, el cual yo dije de una que yo me iba era con las hermanas redentoristas, eso no estaba permitido llevarle la contraria a los catequistas, pero aun así respetaron mi decisión, y en realidad fue JESÚS quien se salió con la suya, Él quería que le sirviera en el monasterio, fundado por nuestra beata: MARÍA CELESTE CROSTARROSA.

Cuando me fui al convento escuchaba comentarios como: esa de monja, ya veremos si aguanta y así sucesivamente. Recuerdo a mi abuela pancha que me dijo: hija sea una buena religiosa fiel. Y mi madre que no era ni católica, fue una de la que me apoyo para que me fuera al convento, eso nunca lo olvidaré, y ahí siempre vi la gracia de Dios. Y recuerdo que yo le decía a Jesús: pero que viste en mí, porque a mí? Hay otras muchachas mejores que yo, porque a mí? Y un día una en la eucaristía escucho esas palabras de JESÚS EN EL EVANGELIO: YO NO HE VENIDO A LLAMAR A LOS SANOS SINO A LOS ENFERMOS. Y AHÍ COMPREDI TODO. NO HA SIDO UN CAMINO FACIL, PORQUE EL ENEMIGO NUNCA DUERME. POR ESO AHÍ ESTOY SIEMPRE, TODOS LOS DÍAS NUTRIENDOME DE SU PALABRA, DE LA EUCARISTIA, DE ESE ENCUENTRO INTIMO CON ÉL EN LA ORACIÓN, OFRECIENDO TODO POR AMOR A ÉL, Y POR TODA LA HUMANDIDAD ENTERA Y POR NUESTRAS FAMILIAS TAN NECESITADAS DE DIOS.

Fui hice mi experiencia y ahora llevo 15 años de entrega generosa a mi ESPOSO JESÚS el cual no cambio por nada en este mundo.

Gracias Jesús por toda tu omnipotencia, por tu amor y misericordia para conmigo

Monasterio Madre María Celeste Crostarosa
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