Reseña de mi vocación

16.11.2018

HERMANA MARÍA TERESA BENITEZ PEREIRA 

Procedo de una familia campesina, de origen paisa donde siempre se fomentó el valor al trabajo, a la honestidad, pero sobre todo a la piedad.

Desde los 7 años de edad sentí el deseo de ser religiosa; más no sabía dónde ni cómo. También me llamaba la atención la vida del matrimonio por el ejemplo de mis padres.

Cuando cumplí los 15 años coloque en una balanza los pro y los contra y me decidí por la vida religiosa contemplativa, sin saber que existía.

Con el tiempo comprendí que ese deseo, ese anhelo, hecho vocación no tenía otro artífice que no fuera el Señor.

A los 17 años empecé a tocar puertas para saber dónde EL me quería, la primera que toque se me abrió en el monasterio Madre Celeste Crostarrosa fundadora.

Las primeras visitas las realicé en compañía de mi madre ya que mi padre se oponía y le decía a mamá: me sacara esas ideas de la cabeza, pues no quería una hija amargada encerrada en cuatro paredes, sin ningún incentivo en la vida.

Ingresé el día 4 de junio de 1994 un sábado las 3 de la tarde.


Comencé con mucho entusiasmo mi caminada vocacional, aunque al principio no fue tan fácil por el idioma de las hermanas fundadoras (brasileras) con el tiempo me fui habituando y empecé y a gustar su idioma.

Cuando cumplí los 3 meses de experiencia, mi madre la que siempre me apoyo me vino a buscar, pues decía: eres menor de edad, no te gobiernas sola, aunque mi padre estaba detrás de todo esto.

Me fui con ella, no sin antes decirle a la madre priora del momento hermana María Lucía: me voy pero regreso en una semana. Al llegar a casa todos los papeles se cambiaron, mi Papá se enojó con mi madre y le dijo: no entorpezcamos los caminos del Señor, ella está muy bien allá y si es feliz no queda más sino aceptar.

Al día siguiente regresé dándoles alegría a las hermanitas que habían quedado llorando el día anterior.

Pasé por todas las etapas de iniciación religiosa, aspirantado, postulantado, noviciado, juniorado y profesión solemne. En fin todo lo que se requería para ser religiosa de esto hace ya 24 y 5 meses.


Hoy día mis padres y hermanos están felices de haber dado una hija y hermana al Señor, pero la más feliz soy yo, de poder seguir correspondiendo a tanto amor y misericordia.

Mil gracias Señor por tantos favores y bendiciones para conmigo.

Monasterio Madre María Celeste Crostarosa
Todos los derechos reservados 2018
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar